...lo siento, segunda parte...

...me encantaba mirarte mientras dormías, desnuda, sin asomo de duda o temor en tu cara. Eras feliz mientras dormías, y yo contigo, tan solo observándote, podía pasar horas mirándote, recorriéndote centímetro a centímetro, aprendiéndome poco a poco cada una de las líneas de tu cara, de tu espalda, de tu pecho que subía y bajaba acompasadamente manteniendo un equilibrio que despierta no mantienes. Me gustaba mirarte mientras dormías, porque te sentía segura, porque te sentía tranquila, te miraba e intentaba memorizar cada pliegue de tu piel, cada rincón, tenía miedo a despertarte, te miraba y temblaba y me era imposible dormir..."Y supo que la ausencia era esa neutra sensación de vacío"...


"Lo siento, pero no te quiero", cierro los ojos y lucho contra mis misma, ¿qué voy a hacer sin ti?. Lo siento, pero no te quiero.


...¿Recuerdas?, la primera vez que hablamos me ofreciste un chicle, con tu voz cantarina y sonriente me dijiste, ¿quieres un chicle?. No me gustan los chicles, pero sólo por continuar viéndote sonreír te hubiera bajado la Luna si lo hubieras deseado. Te conté cosas de Colombia, de mi infancia en Colombia, y tú me escuchabas, embriagada y a cada palabra abrías más y más los ojos. Me costaba mantener el hilo de lo que estaba contando, no podía dejar de mirarte, solo mirarte y perderme en el grato trabajo de grabarte en mi mente, y mientras tú sonreías y me decías ¿qué más?, cuéntame más cosas por favor, tu cara se convertía en la de una niña pequeña y yo me sentía a cada palabra más y más tuyo...


Calvin

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