...tener un día como el de hoy, en el que decido coger esa lista de cosas por hacer, esa lista que cada día es más y más larga y que no me cuesta nada seguir demorando y me decido a enfrentarme a ella. Esa lista de cosas por hacer que mi abuela me riñe cada vez que me ve hacerla porque dice que si apunto las cosas perderé la memoria, y yo sigo apuntando, no tanto para no olvidarme si no para crearme una falsa sensación de obligación. Esa lista que últimamente se amontona en mi escritorio con otras tantas listas, con otras tantas cosas por hacer.
Sienta bien tener un día como el de hoy en el que me decido a releer mi lista y con mucha cautela llevar a cabo poquito a poco cada una de las cosas que tengo anotadas, no necesariamente en el orden establecido, sintiendo la pequeña satisfacción que proporciona poder tachar lo que ya has hecho y por supuesto pensando por qué no se me ha ocurrido antes.
Así que hoy me siento bien pensando además, que sólo son las 2000h y que todavía me queda un rato para poder seguir tachando, que todavía puedo aprovechar el acceso de iniciativa con el que me he levantado, por lo que voy a seguir.

Por cierto, he aprendido a plegar las sábanas sola, todavía no me quedan perfectas, un poco arrugadas, un poco asimétricas, con los pliegues revoltosos, pero sólo es cuestión de tiempo...